Si quieres entender lo que te dicen en hebreo, escucha en hebreo. Si lo que quieres es entender lo que lees en hebreo, pues lee en hebreo.
Si quieres tener una caligrafía bonita en hebreo, pues escribe en hebreo. Si deseas poder hablar en hebreo, hazlo en hebreo.
Y si lo que quieres es poder expresarte en general en hebreo, entonces piensa en hebreo.
Suena obvio y sencillo, cierto? En realidad esta es una de las tareas más complicadas en la aplicación de un nuevo idioma que estás aprendiendo: el pensar en ese idioma, en imaginar las palabras, en transmitir esos términos en ese idioma que va ganando espacio poco a poco en nuestra cabeza.
Te aconsejo que primero aprendas las estructuras básicas del hebreo, como ser el alfabeto, los pronombres personales, algunos sustantivos, adjetivos, verbos y preposiciones.
Luego pon atención a cómo se construye una frase (que en muchos casos se asemeja al castellano), es decir el orden de los términos que utilices en la frase.
Y entonces sí, deja que tus sentidos se apoderen de estos nuevos conocimientos: déjales oír, leer, escribir, hablar en hebreo y sobre todo permítete pensar en hebreo.
En mi opinión, este es uno de los mejores caminos para aprender hebreo.
Hasta la próxima publicación en este blog, te dejo con una lección de hebreo básico. Espero que te guste.
Lehitraot!!
Rubén