Cuando te planteas el reto personal de aprender Hebreo, necesitas tener seguridad en todas las clases para que no surja el inevitable deseo de abandonar a la primera.
En hebreo Vivo, desde la primera clase, el profesor está pendiente de cada uno de los alumnos, de nosotros, analiza las dificultades de cada uno (creedme que al principio cuesta mucho) y va corrigiendo/enseñando con paciencia infinita.
Además, para aprender este idioma es necesario, o al menos así lo creo yo, que las clases sean presenciales, porque la pizarra es imprescindible, los gestos, el como pronunciar, la corrección de los ejercicios de la semana y el buen humor imperante durante las más de 2 horas a la semana de clase.
El sueño de aprender poco a poco hebreo se va cumpliendo gracias a Hebreo Vivo.
Toda Raba !!!!
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