Hace tres meses que empecé a estudiar hebreo por motivos personales, empezaba desde cero y como mis compañeros tenían algunos conocimientos del idioma, el primer mes me lo planteé como un reto, con la intención de volver a repetir el trimestre si no podía seguir el ritmo de la clase. Hoy espero con ilusión y entusiasmo el comienzo de las clases del segundo trimestre para seguir avanzando en mi aprendizaje.
El moré Ruben en sus clases utiliza métodos lúdico-didácticos que hacen la clase de dos horas y media muy amena y al finalizar te queden ganas de llegar a casa y ponerte a estudiar lo que se ha visto en clase.
Además al ser grupos reducidos te ves “obligada” a participar en los juegos y diálogos entre los compañeros de tal forma que casi sin darte cuenta empiezas a “soltarte” a hablar en ivrit.
Todo esto sin hacer mención del lugar donde está ubicado, en el centro de Madrid y el bonito edificio, hacen que recomiende este centro como el ideal para aquellos que se decidan a emprender esta apasionante aventura del estudio del hebreo y su cultura.
Lehitraot (hasta la vista)
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